Si bien el acceso a la información de riesgo puede ser limitado, especialmente en áreas operacionales de alto riesgo, volátiles o tensas, recopilar amplia información de antecedentes y examinarla a través de diferentes fuentes es fundamental para llevar a cabo una evaluación de riesgos efectiva.
Antes de ingresar a un país potencial, una empresa realizó grandes esfuerzos e invirtió recursos para estudiar y analizar el destino y obtener la información básica necesaria para tomar las decisiones de seguridad adecuadas. A diferencia de apresurarse en la localidad potencial y comenzar una evaluación de riesgos más detallada sobre el terreno, la empresa comenzó a evaluar un entorno más amplio para obtener el contexto operacional necesario. Particularmente, la firma estableció una pequeña presencia en el país y comenzó a involucrar a un conjunto diverso de partes interesadas y a realizar entrevistas discretas. Las partes interesadas incluyeron otras empresas de recursos naturales que ya operaban en el país, líderes gubernamentales nacionales y locales, funcionarios de seguridad, grupos de la sociedad civil, grupos de pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales, la comunidad diplomática y varias instituciones multilaterales. Los hallazgos y las percepciones de las entrevistas se evaluaron y luego se compararon con los datos de un proveedor tercerizado confiable de administración de riesgos, así como con los datos oficiales del gobierno anfitrión.
Entre los beneficios de este enfoque que está en línea con los PVs, la firma tuvo la capacidad de detectar patrones de conflicto y violencia, incluidos abusos contra los derechos humanos de las fuerzas de seguridad pública; las causas y naturaleza de los conflictos locales y el potencial de conflictos futuros. El gerente en el país sostuvo: «Simplemente el tiempo que pasamos investigando y aprendiendo las complejidades únicas de nuestro nuevo entorno operativo fue invalorable».