Las minas sólo pueden construirse en áreas donde los recursos minerales están suficientemente concentrados. Cuando estos recursos se encuentran bajo tierras de cultivo, granjas o comunidades enteras, puede ser necesario reubicar físicamente a las personas. Este proceso se llama reasentamiento. Si bien el reasentamiento sólo puede llevarse a cabo con la aprobación explícita de los gobiernos nacionales o locales, presenta riesgos significativos para las personas afectadas y para la empresa.

En este sentido, hacer minería con principios significa hacer todo lo posible para evitar el reasentamiento de personas. Pero cuando esto no es posible, se deben tomar las medidas necesarias para asegurar un compromiso sensible con las comunidades afectadas y la entrega de planes de reasentamiento que mitiguen los impactos negativos sobre el bienestar y los medios de subsistencia de un pueblo o una comunidad.

El documento Adquisición y reasentamiento de tierras: lecciones aprendidas de ICMM, ofrece una guía práctica sobre cómo el reasentamiento se puede hacer bien; mediante la planificación, el involucramiento de las partes interesadas, la compensación por la pérdida de tierras y el restablecimiento de los medios de subsistencia, el tratamiento de las necesidades de las personas vulnerables y el control de los efectos.

Responding with respect

El Principio 3 del Marco de Desarrollo Sostenible de ICMM obliga a los miembros a respetar los derechos humanos y los intereses, culturas, costumbres y valores de los empleados y comunidades afectadas por nuestras actividades. Esto incluiría minimizar el reasentamiento involuntario y compensar de manera justa los efectos adversos sobre las personas donde no se puede evitar. La empresa miembro de ICMM Rio Tinto ofrece un ejemplo de cómo las actividades de reasentamiento pueden ser bien manejadas, reduciendo el impacto de las operaciones mineras sobre las comunidades locales.

La Norma de Comunidades de Rio Tinto, describe la forma en que los proyectos de exploración y minería de la empresa deben involucrarse con las comunidades, recopilar información y formular planes y programas para manejar los impactos sociales. En particular, la norma trata la adquisición de tierras y otros impactos relacionados con el reasentamiento de comunidades, acuerdos legalmente vinculantes con las comunidades y pagos compensatorios.

En Mongolia, la mina de Oyu Tolgoi de Rio Tinto requirió una gran cantidad de tierra que implicó mover a comunidades locales a otra parte. Como resultado, Rio Tinto instigó un Plan de Acción de Reasentamiento (RAP) que incluía un Programa de Reubicación de Pastores.

El programa, elaborado de conformidad con la Norma de Reasentamiento Involuntario de la Corporación Financiera Internacional, incluía la determinación de medidas de compensación y restauración de los medios de subsistencia, así como estimaciones de costos y procedimientos para su implementación, administración y monitoreo. Implicó la construcción de un refugio de invierno de reemplazo para las familias de pastores afectados, las autoridades del distrito y sus vecinos. Además, el programa de reubicación ofreció una serie de oportunidades de capacitación para apoyar el bienestar de los hogares reasentados.

Mejorar la calidad de vida

“Me siento muy orgulloso de los impactos positivos que hacemos en nuestra commuinidad todos los dias, invertiendo en el desarrollo sostenible, apoyando a los negocios naciaonales y locales, la salud y la education”.

– Baigalmaa Shurka, Gerente General, Oyu Tolgoi

El potencial de dificultades físicas y económicas como resultado del reasentamiento puede ser significativo. Sin embargo, las empresas de minería y metales, que trabajan en asociación con el gobierno local, la sociedad civil y las comunidades anfitrionas, pueden mitigar eficazmente muchos, si no todos, los impactos negativos y trabajar para mejorar los niveles de vida.

En una encuesta realizada después del reasentamiento, la población local describió abrumadoramente mejoras en sus niveles de vida desde la implementación del programa.

Alentamos a todas las compañías mineras a evitar el reasentamiento, pero cuando esto resulta imposible buscar maneras de trabajar con las comunidades anfitrionas para mitigar cualquier impacto negativo que pueda presentarse.